
¿Sabías que los derechos humanos no son para todos?
Mientras algunos los dan por sentados, millones de personas en el mundo viven sin ellos. Libertad, justicia, dignidad… no son derechos universales cuando la desigualdad los convierte en privilegios.
Desliza el cursor en la imágen y explora esta sección interactiva. Descubre las realidades que no deberían existir. Porque un derecho negado es una injusticia que no podemos ignorar.
Derechos inalienables e irrenunciables
Ninguna persona podrá invocar ningún derecho en detrimento de los derechos de los demás.

Los derechos humanos son universales e innegociables. Sin embargo, en muchas partes del mundo se utilizan pretextos políticos o económicos para limitar o suprimir derechos fundamentales. Es esencial defenderlos en todo momento.
Deberes hacia la comunidad
Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad, ya que solo en ella puede desarrollar libre y plenamente su personalidad.

La responsabilidad compartida es clave para garantizar un futuro sostenible. Participar activamente en la comunidad ayuda a fortalecer la justicia social y a construir entornos más inclusivos.
Derecho a un orden social e internacional justo
Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y libertades proclamados en esta Declaración se hagan plenamente efectivos.

Las crecientes desigualdades globales y la falta de cooperación internacional obstaculizan la creación de un mundo más justo. Es responsabilidad de todos trabajar por políticas inclusivas y sostenibles.
Derecho a la vida cultural y a la ciencia
Toda persona tiene derecho a participar libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico.

Cerca del 40% de la población mundial no tiene acceso a actividades culturales y educativas. La falta de inversión en cultura y ciencia genera un vacío en la identidad y el desarrollo de las comunidades.
Derecho a la educación
Toda persona tiene derecho a la educación, la cual debe ser gratuita, al menos en las etapas elementales y fundamentales.

A pesar de los avances, 258 millones de niños en el mundo no tienen acceso a la educación básica. La falta de oportunidades educativas perpetúa el ciclo de pobreza y limita el desarrollo de comunidades enteras.
Derecho a un nivel de vida adecuado
Toda persona tiene derecho a un nivel de vida que asegure su salud y bienestar, incluyendo alimentación, vestido, vivienda, asistencia médica y servicios sociales necesarios.

Más de 828 millones de personas en el mundo pasan hambre cada día, y 1 de cada 3 vive sin acceso a agua potable segura. La desigualdad extrema en el acceso a servicios básicos sigue siendo un obstáculo para el desarrollo sostenible.
Derecho al descanso y al tiempo libre
Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre y a una limitación razonable de la duración del trabajo.

En todo el mundo, 748 millones de personas trabajan más de 50 horas semanales sin acceso a vacaciones o días de descanso adecuados. La sobrecarga laboral no solo afecta la salud física y mental, sino también la calidad de vida de las familias.
Derecho al trabajo y a condiciones laborales justas
Toda persona tiene derecho al trabajo, a condiciones justas y favorables, a igual salario por igual trabajo y a protección contra el desempleo.

Actualmente, 190 millones de personas en el mundo están desempleadas, y 1 de cada 5 trabajadores vive en condiciones de pobreza extrema. Las condiciones laborales precarias, la explotación infantil y la desigualdad salarial afectan a millones. Garantizar un trabajo digno y justo es clave para el desarrollo humano.
Derecho a la seguridad social
Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social y a obtener la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales indispensables para su dignidad y el libre desarrollo de su personalidad.

Más del 55% de la población mundial no tiene acceso a ningún tipo de protección social, lo que los deja vulnerables ante enfermedades, pobreza y desempleo. La falta de seguridad social perpetúa el ciclo de pobreza, dificultando el acceso a servicios esenciales como la salud y la educación. Es vital que los gobiernos inviertan en sistemas de protección accesibles para todos.
Derecho a participar en el gobierno y en elecciones libres
Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes libremente escogidos, y a acceder, en condiciones de igualdad, a las funciones públicas de su país.

La falta de elecciones libres y justas, junto con la corrupción, limita la participación ciudadana en muchos países.
Derecho a la libertad de reunión y asociación pacíficas
Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas.

Las restricciones a las protestas pacíficas y la criminalización de organizaciones de la sociedad civil son tácticas utilizadas para silenciar la disidencia. Es vital proteger el derecho de las personas a reunirse y asociarse libremente.
Derecho a la libertad de opinión y expresión
Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

La censura y la represión de la libertad de prensa y expresión son prácticas comunes en regímenes autoritarios. Es esencial defender y proteger la libertad de expresión como pilar de una sociedad democrática.
Derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión
Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado.

La persecución religiosa y la intolerancia siguen siendo desafíos significativos en muchas partes del mundo. Es fundamental promover el respeto y la tolerancia hacia todas las creencias y garantizar la libertad religiosa para todos.
Derecho a la propiedad
Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente, y nadie será privado arbitrariamente de su propiedad.

La expropiación y despojo de tierras y propiedades sin compensación justa son problemas persistentes en diversas regiones. Es crucial establecer marcos legales que protejan la propiedad y aseguren mecanismos de compensación adecuados.
Derecho al matrimonio y la familia
Hombres y mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia.

En muchas culturas, las mujeres y las niñas enfrentan restricciones y prácticas discriminatorias que limitan su derecho a elegir libremente a su pareja y formar una familia. Es esencial promover la igualdad de género y eliminar las prácticas nocivas que vulneran este derecho.
Derecho a una nacionalidad
Toda persona tiene derecho a una nacionalidad y a no ser privada de ella arbitrariamente ni del derecho a cambiarla.

La apatridia afecta a millones de personas en todo el mundo, dejándolas sin acceso a derechos básicos y servicios esenciales. Es imperativo implementar políticas que prevengan y reduzcan la apatridia, garantizando el derecho a una nacionalidad para todos.
Derecho de asilo
En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo y a disfrutar de él en cualquier país.

Las políticas restrictivas de asilo en muchos países limitan la protección de quienes huyen de persecuciones. Es crucial que las naciones cumplan con sus obligaciones internacionales y brinden refugio a quienes lo necesitan.
Derecho a la privacidad
Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o reputación.

En la era digital, la privacidad se ha convertido en un bien preciado y, a menudo, vulnerado. La vigilancia masiva y la recopilación de datos sin consentimiento son prácticas que ponen en riesgo la intimidad de las personas. Es esencial establecer marcos legales que protejan la privacidad en el mundo digital.
Derecho a la libertad de movimiento
Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado, así como a salir de cualquier país, incluido el propio, y a regresar a su país.

Las restricciones a la libertad de movimiento afectan a millones de personas, especialmente a refugiados y migrantes que huyen de conflictos y persecuciones. Es fundamental garantizar corredores humanitarios y políticas de asilo que respeten este derecho.
Derecho a ser considerado inocente hasta que se pruebe su culpabilidad
Toda persona acusada de un delito tiene derecho a ser presumida inocente hasta que se demuestre su culpabilidad en un juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.

En numerosos países, el principio de presunción de inocencia es frecuentemente vulnerado. Detenciones arbitrarias y juicios sin las debidas garantías procesales son prácticas comunes que socavan este derecho fundamental. Es imperativo fortalecer los sistemas judiciales para garantizar juicios justos y equitativos para todos.
Derecho a la Presunción de Inocencia
Toda persona acusada de un delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.

En muchos sistemas judiciales, la presunción de inocencia es más una teoría que una práctica. Las detenciones prolongadas sin juicio y las condenas basadas en pruebas insuficientes son comunes, especialmente entre poblaciones vulnerables.
Derecho a un Juicio Justo y Público
Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en materia penal.

La independencia judicial es fundamental para garantizar juicios justos. Sin embargo, en numerosos países, la interferencia política en el sistema judicial socava este derecho, resultando en condenas injustas y la perpetuación de la impunidad.
Derecho a No Ser Detenido Arbitrariamente
Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado.

Las detenciones arbitrarias siguen siendo una herramienta de represión en muchos regímenes. Organizaciones de derechos humanos han documentado miles de casos de personas detenidas sin cargos ni juicio, simplemente por expresar opiniones disidentes o pertenecer a ciertos grupos étnicos o religiosos.
Derecho a un Recurso Efectivo ante Tribunales Competentes
Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley.

El acceso a la justicia es esencial para la protección de los derechos humanos. Sin embargo, en muchos países, las víctimas de violaciones de derechos humanos enfrentan obstáculos significativos para obtener justicia, incluyendo corrupción, falta de independencia judicial y procedimientos legales prolongados.
Derecho a la Igualdad ante la Ley
Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley.

La justicia debe ser imparcial, pero en muchos lugares, factores como la raza, el género o la posición económica influyen en los resultados legales. Por ejemplo, en ciertos países, las minorías étnicas tienen hasta tres veces más probabilidades de ser encarceladas que la población mayoritaria, evidenciando disparidades significativas en la aplicación de la ley.
Derecho al Reconocimiento como Persona Jurídica
Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica.

La falta de documentación legal deja a millones sin acceso a servicios básicos. Se estima que alrededor de 1,000 millones de personas en el mundo carecen de una identidad legal reconocida, lo que limita su acceso a educación, salud y otros derechos fundamentales.
Derecho a No Ser Sometido a Torturas ni Tratos Degradantes
Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.

La tortura sigue siendo una práctica en numerosos países. Entre 2015 y 2019, las Naciones Unidas registraron 1,940 asesinatos y 106 desapariciones forzadas de defensores de derechos humanos, periodistas y sindicalistas en 81 países, muchos de los cuales fueron sometidos a torturas antes de su muerte.
Derecho a la Libertad y Seguridad de la Persona
Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre; la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas.

Aunque la esclavitud fue abolida hace más de un siglo, hoy en día existen más de 50 millones de personas viviendo en condiciones de esclavitud moderna, incluyendo trabajo forzoso y trata de personas. Esta cifra alarmante nos insta a redoblar esfuerzos para erradicar estas prácticas inhumanas.
Derecho a la Vida
Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.

El derecho a la vida es fundamental, sin embargo, conflictos armados y violencia sistémica lo vulneran constantemente. En 2023, se registraron más de 70 millones de personas desplazadas debido a guerras y persecuciones, evidenciando la fragilidad de este derecho en diversas regiones del mundo.
Derecho a la Igualdad
Todas las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos, sin distinción alguna.

A pesar de los avances, la discriminación sigue siendo una realidad cotidiana para millones de personas. Según informes recientes, 1 de cada 3 personas en el mundo ha experimentado algún tipo de discriminación, ya sea por raza, género, orientación sexual o religión. Esta realidad nos obliga a cuestionar nuestras acciones y a trabajar activamente por una sociedad más justa e inclusiva.

¿Sabías que los derechos humanos no son para todos?
Mientras algunos los dan por sentados, millones de personas en el mundo viven sin ellos. Libertad, justicia, dignidad… no son derechos universales cuando la desigualdad los convierte en privilegios.
Desliza el cursor en la imágen y explora esta sección interactiva. Descubre las realidades que no deberían existir. Porque un derecho negado es una injusticia que no podemos ignorar.
Derechos inalienables e irrenunciables
Ninguna persona podrá invocar ningún derecho en detrimento de los derechos de los demás.

Los derechos humanos son universales e innegociables. Sin embargo, en muchas partes del mundo se utilizan pretextos políticos o económicos para limitar o suprimir derechos fundamentales. Es esencial defenderlos en todo momento.
Deberes hacia la comunidad
Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad, ya que solo en ella puede desarrollar libre y plenamente su personalidad.

La responsabilidad compartida es clave para garantizar un futuro sostenible. Participar activamente en la comunidad ayuda a fortalecer la justicia social y a construir entornos más inclusivos.
Derecho a un orden social e internacional justo
Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y libertades proclamados en esta Declaración se hagan plenamente efectivos.

Las crecientes desigualdades globales y la falta de cooperación internacional obstaculizan la creación de un mundo más justo. Es responsabilidad de todos trabajar por políticas inclusivas y sostenibles.
Derecho a la vida cultural y a la ciencia
Toda persona tiene derecho a participar libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico.

Cerca del 40% de la población mundial no tiene acceso a actividades culturales y educativas. La falta de inversión en cultura y ciencia genera un vacío en la identidad y el desarrollo de las comunidades.
Derecho a la educación
Toda persona tiene derecho a la educación, la cual debe ser gratuita, al menos en las etapas elementales y fundamentales.

A pesar de los avances, 258 millones de niños en el mundo no tienen acceso a la educación básica. La falta de oportunidades educativas perpetúa el ciclo de pobreza y limita el desarrollo de comunidades enteras.
Derecho a un nivel de vida adecuado
Toda persona tiene derecho a un nivel de vida que asegure su salud y bienestar, incluyendo alimentación, vestido, vivienda, asistencia médica y servicios sociales necesarios.

Más de 828 millones de personas en el mundo pasan hambre cada día, y 1 de cada 3 vive sin acceso a agua potable segura. La desigualdad extrema en el acceso a servicios básicos sigue siendo un obstáculo para el desarrollo sostenible.
Derecho al descanso y al tiempo libre
Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre y a una limitación razonable de la duración del trabajo.

En todo el mundo, 748 millones de personas trabajan más de 50 horas semanales sin acceso a vacaciones o días de descanso adecuados. La sobrecarga laboral no solo afecta la salud física y mental, sino también la calidad de vida de las familias.
Derecho al trabajo y a condiciones laborales justas
Toda persona tiene derecho al trabajo, a condiciones justas y favorables, a igual salario por igual trabajo y a protección contra el desempleo.

Actualmente, 190 millones de personas en el mundo están desempleadas, y 1 de cada 5 trabajadores vive en condiciones de pobreza extrema. Las condiciones laborales precarias, la explotación infantil y la desigualdad salarial afectan a millones. Garantizar un trabajo digno y justo es clave para el desarrollo humano.
Derecho a la seguridad social
Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social y a obtener la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales indispensables para su dignidad y el libre desarrollo de su personalidad.

Más del 55% de la población mundial no tiene acceso a ningún tipo de protección social, lo que los deja vulnerables ante enfermedades, pobreza y desempleo. La falta de seguridad social perpetúa el ciclo de pobreza, dificultando el acceso a servicios esenciales como la salud y la educación. Es vital que los gobiernos inviertan en sistemas de protección accesibles para todos.
Derecho a participar en el gobierno y en elecciones libres
Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes libremente escogidos, y a acceder, en condiciones de igualdad, a las funciones públicas de su país.

La falta de elecciones libres y justas, junto con la corrupción, limita la participación ciudadana en muchos países.
Derecho a la libertad de reunión y asociación pacíficas
Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas.

Las restricciones a las protestas pacíficas y la criminalización de organizaciones de la sociedad civil son tácticas utilizadas para silenciar la disidencia. Es vital proteger el derecho de las personas a reunirse y asociarse libremente.
Derecho a la libertad de opinión y expresión
Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

La censura y la represión de la libertad de prensa y expresión son prácticas comunes en regímenes autoritarios. Es esencial defender y proteger la libertad de expresión como pilar de una sociedad democrática.
Derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión
Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado.

La persecución religiosa y la intolerancia siguen siendo desafíos significativos en muchas partes del mundo. Es fundamental promover el respeto y la tolerancia hacia todas las creencias y garantizar la libertad religiosa para todos.
Derecho a la propiedad
Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente, y nadie será privado arbitrariamente de su propiedad.

La expropiación y despojo de tierras y propiedades sin compensación justa son problemas persistentes en diversas regiones. Es crucial establecer marcos legales que protejan la propiedad y aseguren mecanismos de compensación adecuados.
Derecho al matrimonio y la familia
Hombres y mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia.

En muchas culturas, las mujeres y las niñas enfrentan restricciones y prácticas discriminatorias que limitan su derecho a elegir libremente a su pareja y formar una familia. Es esencial promover la igualdad de género y eliminar las prácticas nocivas que vulneran este derecho.
Derecho a una nacionalidad
Toda persona tiene derecho a una nacionalidad y a no ser privada de ella arbitrariamente ni del derecho a cambiarla.

La apatridia afecta a millones de personas en todo el mundo, dejándolas sin acceso a derechos básicos y servicios esenciales. Es imperativo implementar políticas que prevengan y reduzcan la apatridia, garantizando el derecho a una nacionalidad para todos.
Derecho de asilo
En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo y a disfrutar de él en cualquier país.

Las políticas restrictivas de asilo en muchos países limitan la protección de quienes huyen de persecuciones. Es crucial que las naciones cumplan con sus obligaciones internacionales y brinden refugio a quienes lo necesitan.
Derecho a la privacidad
Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o reputación.

En la era digital, la privacidad se ha convertido en un bien preciado y, a menudo, vulnerado. La vigilancia masiva y la recopilación de datos sin consentimiento son prácticas que ponen en riesgo la intimidad de las personas. Es esencial establecer marcos legales que protejan la privacidad en el mundo digital.
Derecho a la libertad de movimiento
Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado, así como a salir de cualquier país, incluido el propio, y a regresar a su país.

Las restricciones a la libertad de movimiento afectan a millones de personas, especialmente a refugiados y migrantes que huyen de conflictos y persecuciones. Es fundamental garantizar corredores humanitarios y políticas de asilo que respeten este derecho.
Derecho a ser considerado inocente hasta que se pruebe su culpabilidad
Toda persona acusada de un delito tiene derecho a ser presumida inocente hasta que se demuestre su culpabilidad en un juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.

En numerosos países, el principio de presunción de inocencia es frecuentemente vulnerado. Detenciones arbitrarias y juicios sin las debidas garantías procesales son prácticas comunes que socavan este derecho fundamental. Es imperativo fortalecer los sistemas judiciales para garantizar juicios justos y equitativos para todos.
Derecho a la Presunción de Inocencia
Toda persona acusada de un delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.

En muchos sistemas judiciales, la presunción de inocencia es más una teoría que una práctica. Las detenciones prolongadas sin juicio y las condenas basadas en pruebas insuficientes son comunes, especialmente entre poblaciones vulnerables.
Derecho a un Juicio Justo y Público
Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en materia penal.

La independencia judicial es fundamental para garantizar juicios justos. Sin embargo, en numerosos países, la interferencia política en el sistema judicial socava este derecho, resultando en condenas injustas y la perpetuación de la impunidad.
Derecho a No Ser Detenido Arbitrariamente
Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado.

Las detenciones arbitrarias siguen siendo una herramienta de represión en muchos regímenes. Organizaciones de derechos humanos han documentado miles de casos de personas detenidas sin cargos ni juicio, simplemente por expresar opiniones disidentes o pertenecer a ciertos grupos étnicos o religiosos.
Derecho a un Recurso Efectivo ante Tribunales Competentes
Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley.

El acceso a la justicia es esencial para la protección de los derechos humanos. Sin embargo, en muchos países, las víctimas de violaciones de derechos humanos enfrentan obstáculos significativos para obtener justicia, incluyendo corrupción, falta de independencia judicial y procedimientos legales prolongados.
Derecho a la Igualdad ante la Ley
Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley.

La justicia debe ser imparcial, pero en muchos lugares, factores como la raza, el género o la posición económica influyen en los resultados legales. Por ejemplo, en ciertos países, las minorías étnicas tienen hasta tres veces más probabilidades de ser encarceladas que la población mayoritaria, evidenciando disparidades significativas en la aplicación de la ley.
Derecho al Reconocimiento como Persona Jurídica
Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica.

La falta de documentación legal deja a millones sin acceso a servicios básicos. Se estima que alrededor de 1,000 millones de personas en el mundo carecen de una identidad legal reconocida, lo que limita su acceso a educación, salud y otros derechos fundamentales.
Derecho a No Ser Sometido a Torturas ni Tratos Degradantes
Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.

La tortura sigue siendo una práctica en numerosos países. Entre 2015 y 2019, las Naciones Unidas registraron 1,940 asesinatos y 106 desapariciones forzadas de defensores de derechos humanos, periodistas y sindicalistas en 81 países, muchos de los cuales fueron sometidos a torturas antes de su muerte.
Derecho a la Libertad y Seguridad de la Persona
Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre; la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas.

Aunque la esclavitud fue abolida hace más de un siglo, hoy en día existen más de 50 millones de personas viviendo en condiciones de esclavitud moderna, incluyendo trabajo forzoso y trata de personas. Esta cifra alarmante nos insta a redoblar esfuerzos para erradicar estas prácticas inhumanas.
Derecho a la Vida
Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.

El derecho a la vida es fundamental, sin embargo, conflictos armados y violencia sistémica lo vulneran constantemente. En 2023, se registraron más de 70 millones de personas desplazadas debido a guerras y persecuciones, evidenciando la fragilidad de este derecho en diversas regiones del mundo.
Derecho a la Igualdad
Todas las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos, sin distinción alguna.

A pesar de los avances, la discriminación sigue siendo una realidad cotidiana para millones de personas. Según informes recientes, 1 de cada 3 personas en el mundo ha experimentado algún tipo de discriminación, ya sea por raza, género, orientación sexual o religión. Esta realidad nos obliga a cuestionar nuestras acciones y a trabajar activamente por una sociedad más justa e inclusiva.